¿Por qué aromaterapia corporativa?
Esta es la pregunta clave. Es la pregunta a la que voy a intentar responder en este artículo.
¿Qué pinta la aromaterapia en mi empresa y cómo se supone que puede ayudarme?
Déjame que te cuente primero algunas cosas sobre el OLFATO:
Como ya sabes es el sentido al que menos atención prestamos, al menos la mayoría de las personas. Todos los días nos llegan, de forma incansable, estímulos desde el exterior relacionados con la vista, el oído, el tacto y el gusto. Pero ¿el olfato? Parece el gran olvidado.
Está demostrado científicamente y es algo que tú sabes porque lo habrás comprobado en incontables ocasiones que la percepción de un AROMA influye en nuestro comportamiento.
¿Por qué ocurre esto?
Porque ese estímulo olfativo se dirige al sistema límbico del cerebro, el lugar donde habita el OLFATO, junto con la memoria y los instintos básicos. Esta zona del cerebro influye en nuestro comportamiento, aunque siempre de manera SUBCONSCIENTE.
Lo curioso de todo es que el 95% de las decisiones que tomamos se gestan en el subconsciente.
Es decir, si justo antes de entrar a una reunión de trabajo “delicada” hueles a “café y tostadas” o por el contrario hueles a “alcantarilla”, tu comportamiento en esa reunión se verá afectado, sin que te hayas dado ni cuenta.
Te acostaste ayer a las tantas preparando tu presentación. Te has vestido de forma impecable. Tienes identificadas a las personas clave a las que debes impactar con tu presentación. Pero justo antes de entrar …
¡Ups! Has olido a alcantarilla …
Muchas horas de trabajo y dedicación podrían haberse visto afectadas … y lo peor es que ni siquiera eres consciente.
¿Entiendes ahora la importancia que tiene tu OLFATO?
¿Te das cuenta de su potencial?
Espero que sí.
¿Podría haberse visto afectado el resultado de tu presentación si en lugar de oler a alcantarilla o sencillamente a NADA, hubieras llevado a tu cerebro, otro tipo de aroma?
La ciencia dice que sí. Que tu presentación habría podido ser diferente.
100 millones de neuronas receptoras del olfato no están equivocadas y realizan su trabajo, en tu subconsciente.
MEMORIA OLFATIVA
Estoy segura de que tienes algún recuerdo olfativo asociado a tu infancia. Segura al 100%. Los olores asociados a la infancia permanecen grabados en la memoria con el paso del tiempo y sin embargo no sucede lo mismo, por ejemplo, con el gusto.
Quizás recuerdas el aroma de las galletas María.
O del Príncipe.
¿El cocido o las lentejas de tu madre al llegar a casa después de las clases?
El olor a tierra mojada una tarde de tormenta.
¿VicksVaporub? ¿algún jarabe para la tos?
El aroma de tu casa en cuanto abrías la puerta.
¿El olor de tu perro?
¡El lapicero cuando le sacabas punta con el sacapuntas!
He enumerado 8 cosas. Dime en comentarios cuántas de las 8 te ha activado un recuerdo, que seguramente haya sido agradable.
No has olido estos aromas, solo los has recordado, y estoy segura de haber activado al “cuarteto de la felicidad” que por si no lo conoces, te lo presento, son cuatro químicos naturales en nuestro cuerpo:
– Endorfina
– Serotonina
– Dopamina
– Oxitocina
En este momento te sientes un poco más feliz.
Cuando en tu cerebro hay grabadas asociaciones entre aromas y recuerdos, estos permanecen por largo tiempo en nosotros, y al reproducir el aroma se activa automáticamente el recuerdo. Esto ocurre lógicamente tanto si el recuerdo es positivo como si es negativo.
Nos vamos al mundo corporativo.
Visualízate antes de entrar en la sala de reuniones donde tendrá lugar tu presentación. Estás preparando tus cosas, el portátil quizás o un puntero láser.
Y sacas TU frasquito aromático. El que TÚ has elegido.
Abres el tapón, cierras los ojos e inhalas tres veces profundamente. Cierras el tapón muy despacio, con unos movimientos muy conscientes, integrando y asimilando el BIEN que te ha hecho este simple gesto. Y te llevas tu frasquito contigo a la sala con el resto de tus cosas.
Ya estás dentro. Te sientes lleno de energía y con una gran confianza en ti mismo. Dominas el tema y además lo has preparado bien. Das una calurosa, impactante y preparada bienvenida a tus asistentes.
Y todo sale genial. Porque lo has preparado bien.
Y te sientes exultante, feliz por el éxito y por las caras de aprobación entre los asistentes. Sonríes con felicidad y satisfacción.
Y vuelves a coger tu frasquito.
Y cierras los ojos. E inhalas tres veces profundamente. Y abres los ojos. Y te da igual si te han visto o no hacer este gesto. Porque es el aroma de la felicidad por el trabajo bien hecho, la autoestima como profesional que vive y disfruta lo que hace aportando valor a los demás.
Acabas de anclar en tu mente TU aroma favorito, escogido por ti, a un momento profesional sumamente agradable.
¿Sabes lo que ocurrirá la próxima vez que inhales ese aroma?
Lo adivinas ¿verdad?
Tu mente te llevará a aquel instante. Al momento en el que te sentiste un gran profesional, a la altura de las circunstancias, que daba lo mejor de sí mismo.
Enhorabuena por el anclaje.
Porque te aportará grandes satisfacciones.
Te predispondrá hacia el éxito en la consecución de tus objetivos.
Todos hemos dudado de nosotros mismos en alguna ocasión. Acude a TU aroma cuando tu voluntad se quiebre por los avatares de la vida, hallarás en él, el consuelo que en ese momento necesitas. Recordarás quien puedes llegar a ser y sabrás que puedes no estar en tu mejor momento, pero pasará y tú te recuperarás, es una creencia que está anclada en tu mente, así que ocurrirá.
Te doy la bienvenida a tu sentido del OLFATO.
Yolanda del Moral.
Aromaterapia Friendly.
P.D. La aromaterapia puede ofrecerte mucho más. Este artículo continuará … en 15 días.
Aromas de recuerdo…
Pues yo recuerdo el aroma del brasero de mi madre cuando llegaba del cole con falda azul de cuadros uniforme del cole y metía las piernas con las medias también azules, allí calentita con las enaguas.. y me daba un gusto…:)
¡Yo también recuerdo ese aroma del brasero!
Muchas gracias por tu aportación 🙂
Sí, Yolanda, yo tengo un recuerdo infantil, potente, asociado al olfato, que me ha permitido recordar a lo largo de toda mi vida, las vacaciones que pasaba con mi familia en La Granja cuando era pequeñita. Aquellos despertares impregnados del olor a pan tostado, mantequilla y leche fresca que nos traían, me hacen visualizar el comedor donde desayunábamos, mi habitación, el resto de la casa y hasta todas las escaleras que había que subir para llegar a nuestra piso.
Otro olor que me resulta muy familiar es el de la piel de los estuches de lápices de colores que nos traían los RRMM a mi hermana y a mí y, ¡como no!, el olor a madera que desprendían los lápices cuando les sacaba punta. Y, también, el tufillo a cocido, que percibía a veces al volver a casa del colegio, el cuál me conducía directamente a la cocina, dónde observaba aquella superposición de ollas en las que se cocinaban los distintos ingredientes que luego darían lugar a degustar una deliciosa sopa, unos maravillosos garbanzos con verdura y una suave carne con todo su acompañamiento.
Un mundo maravilloso y tremendamente «recuperador» el de los olores. Yo sigo utilizando la colonia que le regalaba a mi marido, también sigo disfrutando todas las mañanas del olor a café que impregna la casa cuando lo muelo y, ahora, estoy gozando del olor que se desprende del jacinto que compré hace unos unos días, y que está en la cocina, mientras escribo este comentario desde un rincón del salón.
¡Enhorabuena, Yolanda, por ayudarnos a recuperar recuerdos a través del olfato!.
Cuanto me alegra que tengas todos esos bonitos recuerdos y que puedas volver a ellos siempre que quieras … muchísimas gracias por tu testimonio Alicia 😊